miércoles, 14 de enero de 2015

Cautivando la memoria. Acerca de la obra de teatro "La Cautiva"

De más está decir que el liberal Dante Bobadilla está muy lejos de ser santo de nuestra devoción (por poner solo un ejemplo, es lamentable su más reciente artículo acerca de Charlie Hebdo, donde critica burdamente a los que -como nosotros- afirmamos "Yo NO soy Charlie", como si eso implicase necesariamente hacerle el juego a los terroristas o aprobar su criminal accionar). Sin embargo, hay que reconocer que su mismo liberalismo militante lo lleva a elaborar certeras críticas cuando se trata de la izquierda. En el artículo que se reproduce a continuación, Bobadilla expone bien las motivaciones y el trasfondo de la obra "La cautiva" y las intenciones de sus autores e intérpretes. Sin embargo, la forma en la que desliza que debemos hacer frente a estas manifestaciones apologéticas es la propia del discurso liberal-democrático (que, aunque no se dé cuenta Bobadilla, es la misma que la progresía siempre defiende: la de la absoluta libertad de expresión).

Cautivando la memoria


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Con la torpeza que lo caracteriza, Daniel Urresti anunció que su escuadrón de inteligencia (sic) está tras una obra de teatro que hace apología del terrorismo. Se trata de "La Cautiva", obrita que se presenta en el teatro La Plaza de Larcomar, en Miraflores. Es verdad que Daniel Urresti es hoy un personaje más cercano al delirio de Daniel Abugattás que a la efectividad de Marco Miyashiro, pero no deberíamos ser tan apresurados en tirar al tacho la denuncia calificándola de cortina de humo.

Los abogados se han encargado de hacer que la figura legal de "apología del terrorismo" sea en la práctica inservible. Tampoco se vería bien que estemos censurando el teatro. Lo que sí debemos hacer es salirle al frente y ocuparnos del mensaje que la obrita trata de lanzar, ya que es claramente pro senderista. Hasta un ciego lo puede ver. No hace falta siquiera advertir que se basa en el informe de la CVR, como lo hace su autor, a pesar de asegurar que se trata de una "obra ficcionada". Tan ficcionada es que los actores afirman haber viajado a Ayacucho no sé para qué exactamente, porque a estas alturas ya no hay nada allá. Pero así es la sensibilidad artística. Otros elementos de juicio son que el progresismo en pleno le ha rendido pleitesía a la obrita en todos sus medios, al punto de calificarla como "la mejor obra del año". Sesudos columnistas progres y caviares le han dedicado más de un artículo para llenarla de loas. La prensa progre no solo la ha promovido sino que ha entrevistado a cuanto personaje ligado existe. ¿Cuál es pues el interés del progresismo en esta obrita? ¿Por qué se excitan tanto?

Bastaría con resumir su argumento en una linea: una niña de 14 años, hija de un senderista, asesinada por el ejército está en la morgue, donde es preparada para ser violada por la tropa. ¿No es fino? Lo demás es solo parafernalia, luces y voces en medio de actuaciones forzadas que procuran recrear con gritos y gestos un escenario macabro, con un militar abusivo y ebrio frente a su inocente víctima. El propio autor del drama, artista plástico que decidió debutar como dramaturgo, afirma que su ficción se basa en hechos reales contenidos en el informe de la CVR. El artista PUCP en sus entrevistas afirma que la violencia vivida se debió a la desigualdad, y que mientras esta se mantenga la historia se puede repetir. Por su parte la directora dice que su intención, para variar, es crear conciencia en el público y promover el debate sobre cuestiones vitales de nuestra historia. En suma, es todo un montaje caviar que sigue al pie de la letra la mentalidad de la CVR. Vayamos pues al debate.

La cultura es un campo sin puertas donde cabe cualquier cosa. Así que se puede meter allí todo lo que uno quiera. Por eso es que al socialismo le interesa tanto la cultura, pues mediante el cine y el teatro, básicamente, han estado tratando de meter sus mensajes políticos. Y por eso mismo luchan por la "Ley del Cine" para que el propio Estado financie sus mamarrachos fílmicos bajo el pretexto del "apoyo a la cultura". También Sendero Luminoso explotó la veta de la cultura mediante el teatro y el canto. No es nada nuevo en la mentalidad progresista. Está en su libreto.

La Cautiva quiere, una vez más, reforzar la carga de responsabilidad sobre las FFAA, que fue la misión de la CVR y es el predicamento de la izquierda en pleno. EL truco mágico es fraccionar la realidad y mostrar solo aquello que les interesa. No están interesados en narrar la historia completa, desde el delirio inicial de la izquierda ladrando rabiosa sus consignas por la guerra popular y la toma del poder mediante la lucha armada, su entrenamiento en Cuba y Chile, su financiamiento desde la URSS y otras potencias comunistas, su coordinación continental y mundial para formar parte de la guerra contra el imperialismo norteamericano sirviendo como tontos útiles a los intereses de la URSS y China, el lavado cerebral de los jóvenes universitarios idiotizados con la prédica marxista. No, nada de eso quieren mostrar. La izquierda oculta bajo siete llaves las verdaderas causas de la violencia que fueron su enajenación mental, su alienación ideológica y la miseria intelectual en la que cayeron penosamente desde la posguerra hasta el fin del comunismo. Nada tuvo que ver la desigualdad. 

La izquierda está más interesada en lavar su culpa, ocultar su responsabilidad y desaparecer su aporte en la locura senderista y emerretista. Andan más preocupados por culpar a las FFAA y al Estado. Por eso nos cuenta siempre la parte final de la historia: la respuesta brutal del Estado. Si, pero fue una respuesta a la insanía brutal de la izquierda. Hay que decirlo también. Sendero Luminoso fue solo la punta de lanza de lo que era la izquierda peruana. No debemos olvidarlo. El MRTA fue una alterativa creada para remediar el fracaso de SL en la tarea de ganarse a la población rural. Lo dijo el mismo Javier Diez Canseco en Nicaragua, en una reunión del Foro de Sao Paulo. Pero nada de eso se quiere recordar ahora. Toda la estrategia de la izquierda está volcada en ocultar sus culpas, esconder su rol y exhibir tan solo la responsabilidad de las FFAA y el Estado.

La Cautiva, obra mediocre que el progresismo en pleno se ha parado a aplaudir, se luce en Miraflores, sede de la caviarada, lugar de residencia de la izquierda marxista promotora de la violencia de los 70. Porque hay que recordar que toda esa violencia terrorista de izquierda no fue obra de campesinos ni obreros sino de la clase alta resentida, de los niños bien de apellidos sonoros que se creyeron la vanguardia intelectual del Perú desde sus mansiones miraflorinas. No me extraña para nada que Larcomar sea la sede de la caviarada que paga sus S/. 65 soles para gozar con los gritos aturdidos de la niña víctima de las FFAA. No hay nada nuevo bajo el sol. La historia tiende a repetirse, pero es necesario desenmascarar a los farsantes que hoy quieren ocular sus manos ensangrentadas y lavar sus conciencias.
 
TOMADO DE: Voz Liberal del Perú

CHARLIE HEBDO: No, no son héroes


NO, NO SON HÉROES

por Edwin Heredia Rojas



Diario Noticias
NO, NO SON HÉROES
El miércoles 7, París, la Ciudad Luz, vivió una de sus peores oscuridades. Las tinieblas se prolongaron hasta el viernes, en que un despliegue policial sin precedentes –más de 80 mil efectivos- acabaron con los tres terroristas –una logró escapar- que dos días antes cegaron la vida de doce personas, que trabajaban para el semanario satírico Charlie Hebdo, y varios policías. Los asesinos eran ciudadanos franceses, nacidos en Argelia, islamistas yihadistas; dos de ellos hermanos. Entraron súbitamente en las oficinas de la revista y les dieron muerte con armas de guerra.

Sabemos ya quiénes son los fanáticos asesinos. Pero quizá sabemos poco o nada de la revista francesa. Charlie Hebdo es una publicación que semana a semana, año tras año (muchos) se dedicaba, con sus caricaturas o viñetas, a denigrar, burlarse y pisotear la fe cristiana y musulmana o los mismos valores ciudadanos, mediante obscenidades. Hay que decir que por una burla al islam, al menos diez eran para el cristianismo. Se mofaban de todo, de todos y de la peor manera. Aunque suene duro lo diré: presentaban en imagen a la Santísima Trinidad en sodomía, se reían torpemente de Mahoma, representaban como pederasta u homosexual a Benedicto XVI, atacaban a Jesucristo, a la Virgen, … De otro lado, ridiculizaban a ciudadanos, policías, militares, etc., despreciando a la misma nación francesa.

Cualquier persona sencilla y provista de sentido común no dejará de sentir un mal olor y preguntarse por qué esta publicación tenía carta blanca para hacer lo que hacía. En virtud de la libertad de expresión, la libertad de prensa, la tolerancia y el librepensamiento, le contestarían. O sea que todas esas libertades dan derecho a la injuria y al desprecio burlesco y denigrante. Falso. El insulto y la denigración son violencia y, por ello, injustificables. Cabu, el mismo dibujante de la revista y uno de los asesinados, afirmó que una viñeta es un disparo de fusil.


El presidente socialista francés Hollande se apresuró y calificó pronto a las doce víctimas como héroes nacionales. Se equivoca. Y miles y miles de franceses lo han secundado apareciendo públicamente con el lema YO SOY CHARLIE. Para mí esto es un grave error. Sé –como en otros temas- que voy a contracorriente, pero eso no me arredra. No voy a contribuir al engaño sentimental y pseudo libertario de tanta gente, o al autoengaño. Pero antes aclararé que en modo alguno justifico este execrable crimen. Miguel Vidal lo dice inmejorablemente, con palabras que suscribo en su totalidad: Charlie Hebdo me repugna. Y la supuesta religión que dicen profesar quienes han cometido el atentado me repugna. Pero ni la repugnancia que me produce esa publicación justifica el crimen, ni la justificación religiosa del atentado exime a sus autores de ser considerados miembros de una secta criminal.

Creo que hay que rezar por las víctimas y sus familias. Pero queda claro el por qué YO NO SOY CHARLIE. Y, a continuación, enumero proposiciones que espero arrojen más luz sobre este suceso y sus interpretaciones:

- Charlie Hebdo no caricaturizaba a personas con tendencia homosexual o al mal llamado matrimonio homosexual.
- Cada vida importa. Pero es algo escandaloso y desproporcionado que occidente reaccione así por doce personas que traficaban con el insulto y se haga poquísimo por los miles de cristianos que –sin culpa alguna- son exterminados en Oriente.
- La redacción de la revista ya había sido incendiada hace unos tres años. Tenían protección policial permanente. Ellos sabían el riesgo que corrían. Pero tampoco eso los convierte en héroes.
- Para rechazar absolutamente un mal (el crimen), no hay necesidad de solidarizarse con las maldades de las víctimas.
- De los policías casi nadie dice nada. Los que murieron en esta ejecución eran caricaturizados por las mismas personas a las que protegían. El caso del policía Ahmed es emblemático de la injusticia. Era musulmán, trató de defender a los que se burlaban de su fe, suplicó que no lo mataran cuando yacía indefenso en el piso. Y lo mataron sus propios hermanos en la fe del modo más inhumano y cobarde.
Estamos ante dos barbaries –de distinto calibre- propias de los tiempos que vivimos. La diosa de la libertad tiene cada vez más adoradores. En su altar ya se han sacrificado demasiados principios y valores que la humanidad entera llorará cuando hayan inmolado a todos.

TOMADO DE: NOTICIAS El Diario de Arequipa

Charlie Hebdo I. Supongamos que es lo que parece.

SUPONGAMOS QUE LA MASACRE DE CHARLIE HEBDO ES…
Lo que parece, una venganza llevada a cabo por islamistas

 Charlie Hebdo 2


Sería, sin lugar a dudas, una muestra de que la tan cacareada sociedad multicultural que nos quieren vender es un rotundo fracaso, un mojón intelectual políticamente correcto que sólo se cree la gente que vive alejada de la realidad, o lo que es lo mismo, la masa que no es capaz de pensar por sí misma; ya se encarga el Sistema de pensar por ella. Una masa acrítica que asume los eslóganes, que no los argumentos (por inexistentes), de las élites capitalistas y sus medios de comunicación, incapaz de ver un problema en sus mismas narices.

Los millones de inmigrantes que hay en Europa no han venido a pagarnos las pensiones ni tienen, en general, voluntad ni necesidad de integrarse. ¿Por qué se van a integrar si son capaces de formar comunidades tan grandes que les hacen sentirse como en casa? Los musulmanes en particular, ¿por qué habrían de asumir una cultura decadente como la occidental si la suya es mucho más sólida? No tiene el más mínimo sentido. No quieren y no lo necesitan. Es más, con el tiempo podrían acabar imponiéndose, por su fuerza y por la debilidad de los europeos. Y con razón, además, porque mientras nosotros pensamos en el fútbol, en comprarnos el último cacharro electrónico que ha salido al mercado o en la última edición de Gran Hermano, ellos se dedican a preservar su cultura y sus tradiciones y a tener hijos. Exacto, los hijos que nosotros no tenemos. Por lo tanto, en unas cuantas generaciones serán más. Y no sólo eso: Serán también más fuertes,  menos acomodados. En resumen, nos pasarán por encima.

Ahora, tras los sucesos de París, la sociedad bien pensante se rasga las vestiduras, incapaz como es de ver que esto es una consecuencia de eso que llaman progreso y sociedad multicultural, incapaz de ver que es culpa suya. Es el Sistema (capitalismo, democracia, relativismo) es el que ha fomentado la inmigración hacia Europa, especialmente musulmana. ¿Y ahora qué? Ahora entran unos señores con un fusil de asalto en la redacción de una revista y se ventilan a once personas de un plumazo, más los policías, más los del mercado. ¿No querían multiculturalidad? Pues que la disfruten.

Hemos llegado a esto porque Occidente, la Civilización Cristiana, prácticamente no existe como tal. Porque somos una cultura absolutamente decadente y en proceso de derribo, sino derribada del todo. Porque hemos sustituido a Dios por deportistas, Hollywood, TV, pornografía, drogas, hedonismo. Porque no estamos dispuestos a sacrificarnos por casi nada. Porque desconocemos nuestra historia, cuando no la despreciamos. Como en Occidente se vive así, se piensa que todo el mundo es igual. Y no, no es así. Hay gente dispuesta no solamente a morir por sus creencias, sino dispuesta también a matar. En el Occidente antiguamente cristiano se piensa que todo vale, pues la progresía se dedica a blasfemar y  ridiculizar a Cristo y a la Iglesia sin consecuencias pero, oh, sorpresa, los islamistas son otra cosa.

Y lo peor es que no estos progres no aprenden. Ahora siguen apelando a la libertad de expresión y reclaman el derecho a blasfemar libremente sin consecuencias. Es decir, quieren ofender lo que es sagrado para millones de personas, sea cual sea su religión, ¡y que éstos se callen y se jodan, sin más! Verán, esto no funciona así. Cuando ustedes ofenden a alguien, ese alguien se puede enfadar. Ustedes no tienen derecho a insultar ni ofender, ni hay libertad de expresión que ampare eso, y si lo hacen deben tener en cuenta que pueden provocar odio hacia ustedes en determinadas personas, algunas de las cuales pueden llevar ese odio al extremo. El simple hecho de reclamar un libre derecho a la ofensa, lo que erróneamente llaman libertad de expresión, no es más que otro ejemplo de la putrefacción moral e intelectual que impera en Europa. Cuando esto lo reclama, además, un político, lo convierte en un acto de hipocresía enorme, en tanto que las personas o colectivos que no comulgan con el Sistema ven coartada esta libertad incluso sin insultar a nadie, existiendo hasta leyes que persiguen opiniones  sobre hechos históricos concretos y represaliando al que se aparta del camino.

Ahora, tras estos sucesos, una ola de indignación recorre Europa, y Francia especialmente. Y los más indignados son, precisamente, los responsables de que esos animales estén entre nosotros. Y no sólo eso, sino que algunos son directamente responsables del auge del yihadismo en algunos países, como es el caso del gobierno francés y su actuación en Libia.


Roma no cayó sólo por el empuje de los bárbaros; cayó fundamentalmente por su propia decadencia. Europa ha dado la espalda a sus raíces; está condenada.

TOMADO DE: BATZEGADA

Libertad de expresión

por Juan Manuel de Prada

La libertad no es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar la verdad

MUCHOS lectores me han expresado su perplejidad ante la exaltación y defensa absolutista de la libertad de expresión que en estos días se ha hecho, incluso desde medios de inspiración cristiana o declaradamente confesionales, para justificar las caricaturas del pasquín «Charlie Hebdo» en las que se blasfemaba contra Dios de modos aberrantes. A estos lectores les digo que no se dejen confundir: quienes hayan hecho tales defensas no profesan la religión católica, ni se inspiran en la filosofía cristiana, aunque finjan hacerlo, aprovechando la consternación causada por los viles asesinatos de los caricaturistas; sino que son jenízaros de la «religión democrática», perversión que consiste en sustituir la sana defensa de la democracia como forma de gobierno –que, mediante la representación política, facilita la participación popular en el ejercicio del poder– por la defensa de la democracia como fundamento de gobierno, como religión demente que subvierte cualquier principio moral, amparándose en supuestas mayorías, en realidad masas cretinizadas y sugestionadas por la repetición de sofismas.

Los jenízaros de esta religión necesitan que las masas cretinizadas acepten como axiomas (proposiciones que parecen evidentes por sí mismas) sus sofismas, entre los que se halla la llamada «libertad de expresión» en su versión absolutista. Para crear tales axiomas recurren al método anticipado por Aldous Huxley en Un mundo feliz, que consiste en la repetición, por millares o millones de veces, de una misma afirmación. En la novela de Huxley, tal repetición se lograba mediante un mecanismo repetitivo que hablaba sin interrupción al subconsciente, durante las horas del sueño; en nuestra época se logra a través de la saturación mental lograda a través de la bazofia que nos sirven los mass media, infestados de jenízaros de la religión democrática que defienden una libertad de expresión absolutista: libertad sin responsabilidad; libertad para dañar, injuriar, calumniar, ofender y blasfemar; libertad para sembrar el odio y extender la mentira entre las masas cretinizadas; libertad para condicionar los espíritus e inclinarlos al mal. Quienes defienden esta «libertad de expresión» como derecho ilimitado son los mismos que también defienden una «libertad de conciencia» entendida no como libertad para elegir moralmente y obrar con rectitud, sino como libertad para elegir las ideas más perversas, las pasiones más torpes y las ambiciones más egoístas y ponerlas en práctica, pretendiendo además que el Estado asegure su realización. No nos dejemos engañar: quienes defienden la libertad para publicar caricaturas blasfemas están defendiendo una libertad destructiva que sólo lleva a la decadencia y al nihilismo.

El pensamiento cristiano nos enseña que la libertad no es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar la verdad. Si a la palabra libertad no se le añade un «para qué», se convierte en una palabra sin sentido, una palabra asquerosamente ambigua que puede amparar las mayores aberraciones. Como decía Castellani, «la libertad no es un movimiento, sino un poder moverse; y en el poder moverse lo que importa es el hacia dónde, el para qué». No puede haber una libertad para ofender, para enviscar odios, para jalear bajas pasiones; no puede haber libertad para ultrajar la fe del prójimo y blasfemar contra Dios. Los cristianos se distinguen porque rezan una oración en la que se pide: «Santificado sea tu Nombre». Los jenízaros de la libertad de expresión quieren que ese Nombre sea eliminado, envilecido y escarnecido, para mayor honra de su religión democrática. No les hagan caso: vistan con traje y corbata, o con sotana y solideo, les están engañando, quieren convertirles en masa cretinizada.

TOMADO DE: ABC

martes, 13 de enero de 2015

Denunciarán obra La Cautiva por apología al terrorismo


El procurador antiterrorista Julio Galindo anunció que denunciará por apología al terrorismo la obra teatral La Cautiva.

“Tengo más del 50 % la posición definida de que yo voy a denunciar el tema como un hecho terroristas, obviamente bajo la tipificación de apología al terrorismo”, dijo a RPP Noticias.

Pese a reconocer que no ha visto la obra teatral, Galindo dijo que basa su denuncia en lo que le han dicho varias personas que ya han visto la obra. De hecho, no consideró necesario leer el guión de la obra.

“Tengo la información de gente que ha visto. En circunstancias diversas, momentos del acto central, se hacen alabanzas al pensamiento Gonzalo, a Abimael Guzmán, los hechos terroristas y todo ese rollo, inclusive hacen un cántico”, comentó.

Basado en eso, el procurador dijo que en La Cautiva se hace una suerte de “propaganda” para una nueva generación de jóvenes.

“Es más, tengo entendido que al exhibir esa obra teatral no han puesto ningún anuncio donde digan que este teatro está solamente limitado para gente de tal o cual edad”, se quejó.
Sin embargo, Galindo sostuvo que no es una denuncia contra el director y los autores sino que se trata de una denuncia preliminar y el Ministerio Público se encargará de proceder al respecto.  
"No he dicho que se denunciará a los actores, estamos en pleno proceso de evaluación, estoy buscando tener la totalidad de información que he solicitado a varios lugares. Luego de que la tenga obviamente vamos a proceder a denuciar este hecho para que la fiscalía aperture la investigacion preliminar y dentro de ese proceso se harán una serie de diligencias. En todo caso, el fiscal responsable programará las siguientes diligencias", aseguró. 
"Vamos a cumplir con el debido proceso, pero sin embargo tengo derecho a denuciniar cuando hay indicios razonables", agregó.
FUENTE: RPP
Consideramos completamente acertada la decisión del Procurador Galindo. Por culpa de la barbarie terrorista murieron decenas de miles de peruanos, por lo tanto, ninguna medida preventiva sobra.Lo irresponsable es dejar pasar. Si se falla, es mejor fallar por exceso que por defecto; por acción que por omisión. En todo caso, será el juez quien decida si hay o no delito, el procurador solo denuncia, no sentencia. Y en cualquier caso, la denuncia puede servir de advertencia a otros que estén pensando en hacer apología al terrorismo con la excusa del arte. 

jueves, 8 de enero de 2015

Sobre el ataque a la asquerosa revista Charlie Hebdo


Dios no permite que se burlen de Él impunemente. Y al parecer, en esta oportunidad, ha hecho justicia sin necesidad de que se manchen las manos de los justos, sirviéndose de los herejes para castigar a los blasfemos.


 HUBIERA SIDO LOABLE

Las picas clavadas por el enemigo en los sesos del pontífice:
ecumenismo, tolerancia, libertad de prensa...
Hubiera sido loable escuchar en boca de las máximas autoridades de la Iglesia, aun no disipado el olor a pólvora y a sangre derramada por el imprevisto asalto yihadista, algún comunicado que, pidiendo oraciones por las víctimas, se sirviese recordar que éstas, con sus repugnantes sátiras anti-trinitarias, debieron irritar al Dios celoso de su nombre y de su gloria. Y que estos dementes de la medialuna pudieron ser al cabo el instrumento de Su cólera, al modo de aquella Asiria que el profeta veía como vara y bastón del furor divino contra su pueblo apóstata (Is 10,5). Hubiera sido loable escuchar de boca del Papa la forzosa rectificación de sus recientes melindres para con el Islam, motejado como una "religión del amor y de la paz": con la balacera sonando cada vez más cerca, era oportuno repasar esas suras que hablan con insistencia inequívoca del exterminio implacable de aquellos que el Islam llama "infieles". El silencio sepulcral de los supuestos "islamistas moderados" ha sido el más elocuente alegato en contra de esta superchería irenista y tardo-occidental, la prueba más contundente de que esa moderación vive sólo en el magín de unos cuantos opinólogos rentados.

Hubiera sido loable levantar la Cruz a una contra el laicismo iluminista de Occidente y contra las ululantes y arenosas huestes del Falso Profeta, ambos enemigos irreductibles del nombre cristiano. En su lugar, la Santa Sede se apresuró a calificar de «abominable» el atentado, tanto por atacar a las personas que resultaron sus víctimas como por vulnerar la libertad de prensa. A estas tabarras siempre tributarias del Zeitgeist se les sumaron las infaltables definiciones de los cagatintas, aquellos que mercan haciéndole el coro al apocamiento oficial: «desde la óptica cristiana la violencia es siempre inaceptable, y el asesinato un crimen diabólico. Sólo Dios es dueño de la vida y de la muerte. Matar en nombre de Dios nunca es lícito, sino que es una blasfemia contra el mismo Dios, que es Amor». Toda la osadía de estos escribas, en muy mal trance aplicada, consiste en recordar que «la fe Católica, a diferencia del Islam, enseña el perdón a los que nos ofenden».

Cualquier sazón será inoportuna para explicar a tales psitácidos que la vis irascibilis (violencia), obviamente rectificada por la razón, bien puede aplicarse a una causa noble. Que el suponer siempre ilícito el matar en nombre de Dios (y que hacerlo constituya nada menos que una blasfemia) podrá ser, en todo caso, el tópico elegido por las plañideras de ocasión, pero que éste resulta contradicho por toda la doctrina católica, admirablemente ejemplificada en este punto por aquel apotegma de san Bernardo orientado a la justificación moral de la pena capital contra los herejes contumaces que atentaban contra la unidad de la fe: melius est ut pereat unum quam unitas. Y que el perdón de las ofensas se refiere a las dirigidas contra la propia persona, no contra las tres Personas divinas.

Houellebecq, sin pelos en la lengua:
«el Islam es la más imbécil de las religiones»
Es el torpor de los dirigentes civiles y religiosos de la vieja Europa el que está desarmando anímicamente a la población y envalentonando, en consecuencia, a los muslimes. Quedará registrada, a todo esto, una irónica coincidencia: la de la salida, el mismo día del atentado contra las oficinas del abominable pasquín parisino, de la última novela del escritor galo Michel Houellebecq, del sugestivo título Soumission, que sitúa para el año 2022 el triunfo electoral de un partido llamado «Fraternidad Musulmana« contra el Frente Nacional de Marine Le Pen en el ballottage presidencial merced a una alianza de socialistas y conservadores desesperados por evitar el triunfo del cuco ultraderechista. El resultado inmediato de este triunfo, aparte de la pronta islamización de la Sorbona, no es el más halagüeño para las veleidades libertario-feministas hasta entonces en vigor: la exclusión de la mujeres del mundo del trabajo, el uso generalizado del velo islámico y la prohibición del escote y la minifalda.
 
TOMADO DE: http://in-exspectatione.blogspot.com/2015/01/hubiera-sido-loable.html 

martes, 6 de enero de 2015

Un ejemplo de como desinforma Wikipedia


Wikipedia, la omnipresente "enciclopedia libre", por lo libre que es, es reflejo del pensamiento dominante y la corrección política imperante, y por lo tanto, se presta como vehículo perfecto de desinformación. Para muestra, solo un botón. Este es el artículo de la Wikipedia sobre los "Montoneros" (captura del 6 de enero de 2015 - click para ver más grande):



Pues bien, en una parte de este artículo se puede leer una cosa como esta:


Perdón, pero ¿hay controversia sobre si los montoneros fueron o no terroristas? ¡Por favor! Claro, si se toma en cuenta la opinión de sus secuaces y aliados, es decir, de la basura extremista de izquierda, de los que apoyan el terrorismo rojo, claro que estos dirán que no fueron terroristas, sino solo "muchachos idealistas", y se podrá crear una controversia inexistente (igual también se puede crear una "controversia" en torno a si Osama bin Laden fue o no un asesino, si tomamos en cuenta las opiniones de los miembros de Al Qaeda). Además, ¿qué es eso de llamar "organización guerrillera" a esa banda de asesinos, como al principio del artículo se dice?
Bueno, no voy a entrar a argumentar por qué los montoneros si fueron unos infames asesinos terroristas, solo me limitó a mostrar esto (hay mucho más, pero creo que esto es más que suficiente) y me ahorro palabras:


Esto es un hecho, y como decían los antiguos (mucho más sabios que nosotros), contra los hechos no caben argumentos. ¿Quién diablos puede pensar que hay controversia acerca de lo que realmente fueron los montoneros?

El Comunismo: una ideología del odio e intrínsecamente violenta...Lo dicen sus propios creadores




Que no nos engañen. No creamos cuando nos dicen que la violencia y los asesinatos llevados a cabo por lo comunistas fueron simplemente desviaciones o excesos, que no son consecuencia directa de la ideología marxista. La violencia es algo intrínseco a la ideología comunista; el comunismo es intrínsecamente violento, el marxismo es una filosofía del odio. Sus mismos creadores, Marx y Engels, así lo reconocen, y confiesan que ningún comunista tiene que tener reparos en aceptarlo. Lenin, Stalin, Mao, Pol Pot, Kim Il Sung, los Castro,  el Che Guevara, Abimael Guzmán y Sendero Luminoso, los republicanos españoles, las FARC, los Tupamaros, las Brigadas Rojas, y cientos más de grupos terroristas y dictadores rojos no han sido ni son "desviados" de la ideología comunista, ni se "excedieron"; simplemente fueron comunistas consecuentes, que hicieron lo que su ideología del terror les indicaba que debían hacer. Por ello, muy bien se ha dicho que, si bien no todo comunista es un terrorista, sí todo comunista es un potencial terrorista...solo basta que se tome en serio su ideología y pase a la acción.
¿POR QUE NO HAY UN NUREMBERG PARA EL COMUNISMO?

Epifanía de Nuestro Señor




Hallaron al Niño con María, su Madre, 
y prosternándose lo adoraron; y abiertos sus cofres
 le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra.
(Mateo, 2, 11).

La intención de Dios no fue solamente la de bajar a la tierra, sino la de ser conocido en ella; no sólo nacer, sino darse a conocer. De hecho, es en vistas a este conocimiento que nosotros celebramos la Epifanía, este gran día de su manifestación. Hoy, en efecto, los magos vinieron de Oriente buscando al Sol de Justicia en su aurora (Ml 3,20), este Sol de quien leemos: «Aquí tenéis a un hombre que se llama Oriente» (Za 6,12). Hoy han adorado el hecho de haber dado a luz, de manera nueva, la Virgen, siguiendo la dirección que les había marcado una nueva estrella. ¿No encontramos aquí, hermanos un gran motivo de gozo, así como en esta palabra del apóstol Pablo: «Ha aparecido la Bondad de Dios y su Amor al hombre»? (Tt 3,4)... 


¿Qué hacéis, magos, qué hacéis? ¿Adoráis a un niño de mama, en una choza vulgar, envuelto en mantillas miserables? ¿Acaso éste será Dios? Pero «el Señor está en su templo santo, el Señor tiene su trono en el cielo» (Sl 10,4), y ¿vosotros lo buscáis en un vulgar establo, recostado en el regazo de una madre? ¿Qué hacéis? ¿Por qué ofrecéis este oro? ¿Éste, será acaso, rey? Pero, ¿dónde está su cortejo real, dónde está su trono, dónde la multitud de sus cortesanos? ¿Un establo es un palacio, un pesebre un trono, María y José miembros de su corte? ¿Cómo es posible que hombres sabios se hayan vuelto locos hasta el punto de adorar a un niño pequeño, despreciable tanto por su edad como por la pobreza de los suyos? 

Sí, se han vuelto locos para llegar a ser sabios; el Espíritu Santo les ha enseñado por anticipado lo que más tarde proclamó el apóstol Pablo: «Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces... Como en la sabiduría de Dios el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación para salvar a los creyentes» (1C 1,21)...Se prosternaron, pues, ante este pobre niño, rindiéndole homenaje como a rey, adorándole como a Dios. El que por fuera les guió a través de una estrella, derramó su luz en el secreto de sus corazones.


San Bernardo (1091-1153) 

Primer Sermón sobre la Epifanía 


lunes, 5 de enero de 2015

Las exitosas mentiras de la izquierda peruana


Por Juan Carlos Vásquez Peña

 La izquierda es maestra manipulando el lenguaje. Es algo sabido pero normalmente minimizado, lo cual resulta preocupante pues puede cambiar algo negativo en positivo, convertir una derrota en “triunfo moral” y transformar el sentido común en políticamente incorrecto. A continuación un pequeño listado de las mentiras más exitosas que la izquierda: 

1. El Conflicto Armado Interno

Así llamó la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) a la insanía terrorista de un grupo de enajenados de izquierda que adoptó la violencia como método político matando campesinos pobres, explotando coches bomba, destruyendo infraestructura para conquistar el poder. No han faltado los ultracorrectos que no solo le dicen así, sino que encima califican la situación de “guerra civil”, que sería como decir que EEUU sufrió un ataque el 11 de Setiembre de 2001 que es parte de una “guerra civil”. La frase ha sido objetada y actualmente está desacreditada, pero nunca falta el periodista, político o despistado catedrático que la usa para darse ínfulas de conocedor. 

2. Esterilizaciones Forzadas
Un programa auspiciado por la OMS para mejorar la salud reproductiva de los sectores más pobres, fue convertido en un caso de “genocidio”. De unas 250 mil esterilizaciones se registraron 800 denuncias en la Defensoría del Pueblo, de los cuales 200 se declararon fundadas. Sin embargo la izquierda ha convertido en verdad las 300 000 esterilizaciones forzadas y es parte de su campaña contra el fujimorismo. 

3. Cifra total de muertos por el terrorismo
Hablando de cifras, otra de las mentiras que la CVR ha llevado al grado de verdad inmutable es el del número de muertos y desaparecidos por la violencia terrorista que Sendero Luminoso y el MRTA emprendieron contra el Perú. Los cálculos giraron alrededor de 25 000 muertos, sin embargo la CVR sacó de la manga la 69 763 muertos, en base a un cálculo estadístico aplicado a la medida de biomasa marina. Asimismo se ocuparon de asumir solo la mitad de los muertos y atribuirles la otra mitad a las FFAA.

4. La Honestidad
La honestidad, la ética y la moral son atribuciones que la izquierda se hace a sí misma. Además se presentan como la autoridad moral de la política y jueces de la sociedad. Sin embargo una vez en el poder se comportan muy condescendientes con sus aliados ideológicos. Ya son varios “honestos” que entraron al poder como luchadores contra la corrupción y salieron comprometidos con la justicia. Desde la “robolución” velasquista hasta la “honestidad para hacer la diferencia” humalista, la “gestión honesta” de Lima. Aun así no han dejado su cartel de paladines de la rectitud y la ética.

5. Reforma del Transporte y La Salida de Orión
La última de las mentiras exitosas de la izquierda es la “reforma del transporte”. A fuerza de repetirlo todos los días han hecho creer a millones de limeños que efectivamente hay una reforma de transporte en ejecución. La reforma se implementó con buses viejos sin paraderos adecuados, ni alimentadores, ni terminales, cambiándole de nombre a tres avenidas que siempre fueron un corredor natural y arrimando a los costados s todas las cústers que transitaban por allí. Esa fue la gran “reforma del transporte”. En realidad lo único que se implementó fue la gran mentira de la reforma. Un psicosocial perfecto. Paralelamente se implementó la gran mentira de la salida de Orión. Esto ya fue un acto de magia caviar que provocó una ceguera colectiva, incluso en los medios, al punto que ahora se leen titulares advirtiendo el temor del regreso de Orión. Perdón: ¿cuándo se fue Orión? ¿Acaso no ven las cústers de Orión pasando por todas las avenidas de la ciudad?
Esta es solo una corta muestra de cómo la izquierda tiene un gran éxito montando mentiras. Hay todavía muchas mentiras en torno a las AFPs y la minería que debemos ir desmontando cada día.

VISTO EN: http://alvarosarco.blogspot.com/2014/10/las-exitosas-mentiras-de-la-izquierda.html

Comunistas, terror y terrorismo


 Por Gonzalo Rojas


Es tan evidente la connivencia entre los comunistas y el terror en los últimos cien años, que no resulta extraño que mucha gente se pregunte: ¿es un comunista siempre un terrorista?
No, no siempre.
Pero, a continuación, surge una segunda interrogante: ¿es un comunista siempre un potencial terrorista?
Sí, siempre.

No nos confundimos los historiadores en este tema, porque para negar lo anterior habría que haber vivido en el siglo XVII... o ser comunista. Son las únicas dos opciones desde las que se puede argumentar en contra: desde el anacronismo y desde la mentira.



Los comunistas llevan más de cien años promoviendo el terror porque estiman que así ponen a los burgueses ante su propia realidad: o aceptan que son unos miserables explotadores que merecen morir o, si se niegan a esa realidad, por eso mismo, merecen morir. Dos opciones, pero solo una salida. El terror, desde Marx a Lenin, de Lenin a Stalin, de Stalin a Corvalán, de Corvalán a la Gladys, de la Gladys a Teillier, es una sola cosa: el legítimo instrumento de purificación de los explotadores.

Por eso las Juventudes Comunistas mandaron voluntarios a las FARC, para que reforzaran después la CAM en La Araucanía. Porque los comunistas ven en esa tierra no un problema cultural, sino una estructura explotadora a la que hay que aterrorizar.

Por eso la diputada Vallejo no se levantó para rendir homenaje al asesinado senador Guzmán. Porque -al menos- le es indiferente la muerte de un burgués a manos de un grupo terrorista de su propia filiación.

Por eso el diputado Teillier -cabeza militar del mismo grupo terrorista que asesinó a cinco militares- afirmó que no hay más terrorismo que el de Estado. Los burgueses cabezas duras tienen que entender que cuando los comunistas eliminan militares, solo hacen justicia.

Por eso Eduardo Contreras, el célebre embajador comunista, ha afirmado que no tiene ninguna duda de que los actos terroristas que se han registrado en Chile provienen de la ultraderecha. Los burgueses tienen que hacerse cargo de todos los crímenes, porque ellos generan las condiciones para que sucedan. Contreras, queriendo parecer sutil, ha afirmado que lo que declaró lo dijo en privado. Pero nunca ha dicho que no lo cree y que no actúa en consecuencia.

Por eso Teillier -sí, el mismo- ha afirmado que lo de Contreras es un error. Obvio. Un comunista jamás debe adjudicar los actos terroristas a particulares: la ideología oficial estipula que son siempre y solamente actos de un Estado fascista. Ya es hora de que los burgueses asimilen ese dato y que Contreras no se vuelva a equivocar.

Por eso no han tenido vergüenza alguna los militantes comunistas de exhibir sus banderas en el funeral del recientemente fallecido ex vocero de su FMR. Ahí se han sentido muy cómodos el diputado Carmona, el alcalde Jadue y el frentista Bunster, todos comunistas. Los burgueses tienen que entender que cuando muere un terrorista, algo de cada comunista muere con él.

Pero queda la segunda parte.

Es la posibilidad de que el burgués se dé cuenta de toda la mentira y el crimen que se expresan en la actividad terrorista.

Para esa instancia, los comunistas han elaborado una fórmula sencilla y mil veces difundida: "Denunciamos la campaña del terror que ha iniciado la derecha". Así actúa el brujo que antes de acostarse mira debajo de la cama, por si hubiera algún otro brujo escondido; es el terror al cuadrado, para evitar que el burgués tome conciencia del terrorismo comunista.

¿Son contrarios los comunistas al terrorismo anarquista de los bombazos? No, solo les incomoda que pueda despertar a una adormecida burguesía a la que es mejor aterrorizar con métodos más sutiles.


VISTO EN: http://alvarosarco.blogspot.com/2014/10/comunistas-terror-y-terrorismo.html

jueves, 1 de enero de 2015

El Balance de Fin de Año

EL BALANCE

Donde hubo un altar, oficia el barman
El fin del año civil suele instar a los hombres que se alimentan de pan a componer el temido «balance». Análogo al examen de conciencia, que de suyo aspira a ser imparcial e insobornable, acá debieran confluir, como en un punto de fuga, los fastos y nefastos del ciclo anual, pues es entonces cuando las luces y las sombras del período se revistan.

Balance o diagnóstico, retrato o cosecha, lo que estos doce meses -o el lustro, ¡bah!, o las últimas décadas- le dejan a la Iglesia es suficientemente elocuente como para alentar la menor expectativa humana de restauración. Vale decir: sabemos que es Dios mismo quien gobierna los destinos de la Iglesia, sólo que la cooperación humana exigida por el orden mismo de la gracia parece hoy, en este respecto, escatimarse tanto como para reducirse a nada. La caída vertical ya largamente ensayada, que por razón de las leyes que gobiernan a la materia se acelera más y más hacia su fin (motus in fine velocior), podría ser fotografiada en cualquiera de sus cotas descendentes, al azar, en cualquier punto de su trayectoria de meteorito, y bastará el menor de los instantes examinados para contemplar la fealdad, la impudicia, la palmaria degeneración de toda una estirpe que se decía nacida non ex sanguinibus neque ex carne, finalmente rendida a los atractivos del mundo. Se cumple así lo que crípticamente expresa el Génesis (6, 1ss) acerca de la coyunda entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres, de la que nacieron monstruos y que motivó la punición del diluvio. Se cumple sin atenuantes ni remilgos la gran apostasía anunciada por el Apóstol (II Thess 2,3).
Otrora se ofrecía el Santo Sacrificio.
Hoy se juega al ping-pong
«Et in fronte eius nomen scriptum: Mysterium: Babylon magna, mater fornicationum, et abominationum terrae» (Ap 17,5). De manera que no hay balance, pues prácticamente carecemos de uno de los dos términos que oscilan en la balanza. Hay un misterio -el de iniquidad- corroyendo aceleradamente la obra que Dios dispuso para la salvación de la humana prole. Pues si el enemigo pudo reportarse un transitorio triunfo sobre la Creación al vulnerar a la entera naturaleza por la caída del primer hombre, ahora su malograda victoria estriba en neutralizar la obra de la Redención, minimizando sus efectos y corrompiendo las mismas fuentes de la gracia. Baste la calidad de la liturgia-pop a comprobarlo; baste la aversión generalizada en nuestros templos a todo cuanto inste a la piedad y al recogimiento.
Antigua iglesia italiana devenida hotel
La aristofobia que caracteriza a los tiempos modernos, y que se plasmó y se cebó en la universal imposición de la democracia, acabó por transfundirse de manera tan prolija y exitosa en la Iglesia que no vale ya sorprenderse ante las insistentes apelaciones al Concilio -lo que entraña, en la intención de los novatores, oponer el principio parlamentario al monárquico y supremo- ni en la convocatoria a sínodos y encuestas masivas para plebiscitar la moral evangélica, aparte de la promoción ininterrumpida de los sujetos más mediocres para ocupar las sedes de gobierno eclesiástico. Los resultados brillan con tanta facundia que acaba uno por pasmarse ante la desvergüenza de tanto prelado que sale con su mejor sonrisa -y no, como los tiempos lo exigirían, de saco y ceniza- a enfrentar a las cámaras, cuando por caso la maquinaria de prensa lo solicita para bendecir al mundo.

Pues no basta con la universal deserción, la religio depopulata que con razón traía el pseudo-Malaquías como lema para uno de los pontífices de nuestro tiempo. Una vez vaciada la religión, se impone repoblarla con nueva estofa. Ahí está el clamoroso caso de las monjas rebeldes de Estados Unidos, feministas y lesbianas apertis verbis que, lejos del menor apercibimiento pontificio, resultan halagadas por el informe del cardenal interviniente en el inverecundo pasticcio, quien termina por convocarlas al maldito diálogo tan de rigor en nuestros días. Ahí están las ininterrumpidas bofetadas y escupidas del cretino de Bergoglio al rostro sufriente de Cristo (cuyo elenco resulta increíblemente pródigo) que, no contento con alentar la comunión para el mayor número con desdeñoso desprecio de las debidas disposiciones, felicita ahora a un modisto homosexual acogido al "matrimonio igualitario" y le pide lo incluya en sus oraciones.
Atelier de artista moderno ocupando
lo que fue una iglesia católica
Con razón, y replicando a los católicos hibernantes que todavía se esmeran en cubrir las vergüenzas de Francisco, una autora comparó recientemente la figura del neopontífice a la del «gran dictador» de Chaplin, aquel que «habla sólo de la libertad y del bien para propiciar la destrucción total». En concreto, «tanta incontinencia oratoria» se vende sin rémoras «porque el mercado está listo para absorberla. ¿Nos hemos acostumbrado a la fétida consistencia de los tejidos chinos y a su nauseabundo hedor petroquímico, y por ello podemos acoger sin pestañear el perfil formalmente mínimo de los discursos de aquella que fue, por siglos, la más alta autoridad moral, aunque sus contenidos sean devastadores para todos y mortificantes para la Iglesia de Cristo? ¿Podemos verdaderamente eludir los significados de lo que se dice y no advertir el eco ensordecedor de lo que no se dice?». Y aplicándole al pontífice las palabras con que Umberto Eco describía a un exitoso conductor televisivo de su país, explica  que «este hombre debe su suceso al hecho de que en cada acto y en cada palabra del personaje al que da vida ante las cámaras, se transparenta una mediocridad absoluta unida a una fascinación inmediata y espontánea, explicable por el hecho de que en él no se advierte ninguna construcción escénica. Se vende por lo que es, de manera que lo que es sea tal como para no poner en estado de inferioridad a ningún espectador, ni siquiera al más desprevenido». El diagnóstico no podía ser más claro: se trata, al fin, de los efectos anestésicos causados por la torción democrática de los criterios. Contraída la peste en la misma Iglesia, ésta está madura para aceptar en el Solio incluso al enemigo.

Es muy de notar la premura con la que los apóstatas, sobre todo si invisten altas dignidades, se entregan al cumplimiento de las profecías más aciagas en sus mismas personas. Aquellos que, como Judas, encarnan la figura del traidor que come a la misma Mesa que el Señor, sin importarle un ardite que David ya lo hubiese desenmascarado con anticipación de mil años. Esta fiebre endemoniada de cumplir la fatalidad asignada y revestirse del oscuro brillo de las dramatis personae (acuciada por la incontrovertible orden del quod facis, fac cito) concurre a una con el embotamiento general, que hace al pueblo solícito en premiar a sus tiranos. Y los templos, como inmóviles testigos del cambio, convertidos en cocheras o en locales bailables, entregan a ojos vistas su balance. Que no resultará tanto como imprevisto o novedoso: apenas rigurosamente actual.

¿Qué debió ser antes este lavadero de autos?
TOMADO DE: In Expectatione